6. Meditación guiada zen para conectar con tu esencia
Cuando conectamos con nuestra esencia interior, accedemos a nuestros recursos naturales para afrontar las dificultades desde el amor.
El confinamiento se está alargando y, para muchos de nosotros, está suponiendo un reto personal a diferentes niveles: laboral, social, emocional, etc. Cuando usamos la mente para afrontar nuestros retos vitales, a menudo se convierten en problemas a solucionar y en una fuente de frustración y ansiedad. Si nos damos permiso para acceder al lugar esencial de amor dentro de nosotros, los problemas se disuelven para dar lugar a la oportunidad.
¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE ESENCIA?
Según muchas corrientes espirituales y humanistas, todos nacemos personificando unas cualidades esenciales básicas, entre las que se encuentran el amor, la confianza, la seguridad, la libertad... esa es nuestra verdadera naturaleza. Con el transcurso de nuestra experiencia vital, nos creamos la ilusión de que carecemos de parte de esa esencia. Eso hace que, para sentirnos completos, creemos inconscientemente estrategias que llenan desde el exterior lo que percibimos como vacío. Este modo de comportamiento automático e inconsciente es nuestro condicionamiento y, a menudo, es una fuente de bloqueos, límites y dependencias en nuestras vidas.
A través de la meditación podemos hacernos conscientes de ellos y, además, conectar con ese espacio de lo posible y de unidad con el todo. Es ahí donde reside nuestra esencia interior plena, y es ahí donde nos damos cuenta de nuestra verdadera naturaleza y potencial ilimitado.
Cuando conectamos con ese espacio esencial interior, los bloqueos y las limitaciones que estábamos percibiendo se disuelven y podemos ver y afrontar nuestro presente y nuestro futuro con claridad, esperanza y amor.
CÓMO MEDITAR PARA CONECTAR CON TU ESENCIA
Siéntate en una postura en la que te sientas cómoda y puedas tener tu espalda recta. Cierra tus ojos.
Conecta con tu respiración y ánclate a su flujo al inhalar y exhalar. Sigue las siguientes parejas de pautas de tal manera que al inhalar conectes con la sensación que te produce la primera, y al exhalar con la sensación de la siguiente. Céntrate en cada pareja durante 3 o 4 ciclos completos de respiración:
Inhalando, sé que estoy inhalando. Exhalando, sé que estoy exhalando.
Aterrizo en el aquí y ahora. Nada que hacer, sólo estar.
Consciente de mi cuerpo. Relajo mi cuerpo.
Me visualizo como una flor. Frescura.
Me visualizo como una montaña. Solidez.
Me visualizo como agua calmada. Reflejo fiel.
Me visualizo como un árbol con fuertes raíces. Estabilidad.
Me visualizo como una estrella. Luminosidad.
Me visualizo como espacio. Libertad.
Consciente de que el universo está en mi. Unidad con el universo.
Déjate sentir la sensación de unidad con el universo y dale espacio respirando profundamente, abriendo tu corazón con tu postura mientras pones una mano en tu pecho y una sonrisa en tu rostro. Siente el espacio abundante de infinitas posibilidades, tu verdadero yo ilimitado.
Desde esta sensación elige una intención que la incluya y llévala al resto de tu día o a los siguientes días.
Agradécete por este tiempo para ti, y por esa intención. Abre tus ojos.