25. Meditación guiada para ampliar la percepción de tus padres
La relación con nuestros padres es una de las más difíciles a las que nos enfrentamos y un reto espiritual para muchas personas. Espero que esta meditación te apoye para ampliar tu percepción sobre ellos.
He oído a varios maestros espirituales decir que “si crees que has alcanzado la iluminación, vete a pasar una semana con tus padres”. Y no es casualidad.
La relación con nuestros padres es, sin duda, una de las más complicadas a las que nos enfrentamos en nuestra vida. Y lo que la hace tan complicada es que nuestra relación con ellos es, generalmente, la base de todo nuestro sistema de personalidad. En relación a nuestros padres construimos nuestro comportamiento, creamos un entendimiento del mundo en base a ciertas creencias y un entendimiento de nosotros mismos en base a nuestra percepción de su atención, trato y amor hacia nosotros.
Ese es el motivo de que, cuando estamos con nuestros padres, nos saltan muchos sistemas de defensa y dinámicas que provienen todavía de nuestra versión niña exigiendo lo que percibimos como carencia en nuestra niñez, y que nos marcó tanto cuando éramos vulnerables y ellos suponían nuestro única base de seguridad y amor.
IMAGINAR A NUESTROS PADRES COMO NIÑOS
Imaginar a nuestros padres como niños es una bonita manera de salir de la visión estancada y fija que tenemos de ellos y de las dinámicas que arrastramos desde pequeños, para verlos más allá.
Al imaginárnoslos de esa manera, puede que nos demos cuenta de que, en el fondo, somos mucho más similares de lo que muchas veces nos gustaría reconocer. Es muy probable, de hecho, que conservemos las mismas inseguridades y miedos, ya que forman parte de la manera de entender el mundo que integramos junto a ellos. Por tanto, nuestros padres son espejos que nos reflejan a nosotros mismos, tanto las partes que nos gustan como las que no aceptamos y, por tanto, juzgamos de nosotros a través de ellos.
Verlos como niños nos ayuda a conectar con ellos como las personas humanas que son y fueron, con su infancia y su inocencia, y con sus experiencias vitales que construyeron, de la misma manera, su comportamiento y sus sistemas de defensa. Esto también nos sitúa en otro lugar de entendimiento y aceptación que hace que nos desprendamos de la posición de niños buscando aprobación, para percibirnos cómo adultos e iguales, reconociendo nuestras responsabilidades hacia ellos y ante nuestra manera única de enfrentarnos a la vida.
CÓMO MEDITAR PARA AMPLIAR LA PERCEPCIÓN DE TUS PADRES
Encuentra un lugar donde sentarte, ponte cómoda o cómodo y cierra tus ojos.
Respira profundamente dos o tres veces para soltar tensiones y para soltar lo que sea que estuvieras haciendo o vayas a hacer.
Hazte consciente de tu cuerpo y déjalo ir. Deja que repose y se relaje.
Puedes imaginarte a ti misma, a ti mismo, como un niño de unos 5 años. Visualiza la niña o niño que fuiste.
Siente cómo te sientes al visualizarte así, qué percibes en ese niño o niña.
Sonríele amablemente con complicidad y hazte consciente de cómo este gesto le sienta a tu cuerpo.
Ahora puedes visualizar a tu madre tal y como es ahora o tal y como la recuerdas.
Date cuenta de las sensaciones presentes al visualizarla y de cuál es tu percepción y tus emociones sobre ella.
Imagínatela como una niña de unos 5 años y date cuenta de lo que ocurre en tu cuerpo al visualizarla de niña.
Regálale también una sonrisa y déjate sentir el efecto de ello.
Ahora visualiza a tu padre como es ahora, como era las últimas veces que lo viste, o como te lo imaginas.
Observa tu cuerpo y tu reacción sensorial a esa imagen, dándote cuenta de la percepción que tienes de tu padre ahora mismo.
Ahora puedes imaginártelo como un niño pequeño. Siente cómo es en tu cuerpo imaginártelo así.
Prueba a sonreírle y siente el efecto de ello una vez más.
Puedes dejar ir las visualizaciones y conectar con una sensación de gratitud dentro de ti. Gratitud por tu experiencia presente, gratitud hacia tu madre y gratitud hacia tu padre.
Puedes empezar a moverte muy suavemente escuchando las necesidades de tu cuerpo. Cuando te apetezca, abre tus ojos.