10. Meditación guiada para apropiarte de tu nueva normalidad
Como todas las crisis, está también esconde una oportunidad de cambio. Es momento de enfocar nuestras vidas hacia la manera de vivir que tenga más sentido para nosotros.
Cuando se habla de la nueva normalidad siento muchísima resistencia. Es una resistencia a volver a ser lo que no soy después de haberme experimentado de forma diferente. A volver a un ritmo productivo y social desde el que no respeto mi ritmo vital ni priorizo mis necesidades.
Ya no quiero vivir de nuevo la vida que se supone que tengo que vivir, elijo vivir mi vida, la que nutre mi alma y da bienestar a mi cuerpo físico, mental y emocional.
LA OPORTUNIDAD DEL CONFINAMIENTO
Cuando todo empezó a mediados de marzo, agradecí mucho que el ritmo se parara completamente y sentí emoción de vernos colectivamente en una situación que nos obligaba a tomar otra percepción sobre la vida, el otro, la cotidianidad, el tiempo y lo que significa ser, más allá de ser productivo.
Sentí alivio al vaciarme de presiones y compromisos a los que me estaba forzando y que no quería realmente tener en mi vida. Sentí que tenía espacio para respirar de nuevo, para vivir acorde con mi ritmo natural sin ser arrollada inconscientemente por un ritmo generalizado que me resultaba abrumador.
Agradezco el confinamiento porque me ha dado la oportunidad de explorarme y de sentir qué manera de vivir es la que me sienta bien personalmente, qué es esencial para mi, qué es lo que realmente valoro en mi vida y qué es lo que ya no me sirve para enfocarme en esa dirección.
Me tomo el desconfinamiento como un nuevo comienzo desde el cual crear con una ilusión nueva, con nuevas herramientas y una visión ampliada de mi misma. Un comienzo desde el que construir mi nueva vida desde los cimientos de mis propios valores y necesidades personales.
MEDITACIÓN para proyectar tu nueva normalidad
Ponte cómoda, cierra tus ojos y entra en contacto con tus sentidos y con las sensaciones presentes en tu cuerpo.
Visualízate viviendo este tiempo de confinamiento con distancia y obsérvate.
Deja que tu cuerpo responda sensorialmente a la pregunta ¿qué es lo que he aprendido de mi misma durante este tiempo?
Conecta con todos los momentos que te han sentado bien y que te traen sensaciones de disfrute, flujo, inspiración, creatividad e ilusión. Siente el efecto en tu cuerpo de estos recuerdos, observa las sensaciones que surgen.
Observa y acompaña las sensaciones, haciéndote consciente de en qué parte de tu cuerpo se sitúan y enfocando ahí toda tu atención. Sigue su proceso, sus cambios y sus movimientos. Mientras observas las sensaciones date cuenta de si aparece alguna imagen en tu mente, si visualizas la sensación con algún color, alguna forma, algún tamaño.
Respira profundamente para dar espacio a esa experiencia.
Sintiendo esta sensación de disfrute y conexión contigo, incluye la visión de ti misma en un futuro cercano: en los próximos días, semanas y meses.
Visualiza sin censura el tipo de vida que apoya esta sensación en ti. Imagínate despertándote, visualiza dónde estás, lo que ves, lo que oyes, lo que tocas y lo que sientes como si fuera muy real. Desde este punto visualiza tu día por delante de tal manera que se adapte perfectamente a tu ritmo vital y a tus necesidades.
Siente la satisfacción de todo ello o cualquier emoción o sensación que surja.
Desde aquí hazte la siguiente pregunta dejándote sentir la respuesta en tu cuerpo: ¿Cuál es el primer paso que puedo dar hoy mismo en esa dirección?
Abre tus ojos.